Viaje por los sentidos: Oido

Un viaje por los sentidos
Entonces si hablamos de sentimientos hay que platicar de manera directa de los sentidos. Experimentamos el mundo a través de ellos, lo que se denomina estímulo; luego, sentimos y respondemos a dicho sentir, que puede ser a modo de reacción o de forma menos visceral, aunque no por eso es la forma correcta.

Así pues empiezo mi viaje a los sentidos en el oído.

Estrés
Este sentimiento de tensión física o emocional puede provenir de cualquier situación que nos frustre o nos ponga los nervios de punta. Pocos saben que los sonidos logran este sentir sin que realmente seamos conscientes, como el sonido del tránsito en una ciudad; en otras ocasiones es evidente, como el llanto de un bebé.

Podemos afirmar que en este sentido reaccionamos de forma primitiva ya que los sonidos extraños nos ponen en alerta y por ende nos estresamos.

¿Quién se ha estresado por el sonido de un gis que chirria contra un pizarrón? Hay quien no pero es de los sonidos más molestos para el cerebro humano.

La música
De la misma manera que hay sonidos molestos existen sonidos agradables, incluso que nos llenan de paz o tranquilidad sea la risa de un bebé o el flujo de agua de un río.

Más allá de los sonidos el hombre ha creado la música que es el arte de dotar a los sonidos y silencios de una cierta organización. Normalmente resultando en algo lógico, coherente y agradable al oído.

En este punto quiero hacer mención que en lo personal no me gusta la música de banda y aún no me convence la cumbia o el merengue; así como decirle a varios de mis amigos que no les gusta el reggaetón que recuerden cuando cantaban “el gato volador” y “estas tan buena como coca cola” que no son nada inspiraciones. Más adelante hablaré de las “letras” o las “palabras”, de momento me interesa la parte musical del ritmo, del son, del gusto por escuchar.

Se puede notar que entonces dicha “lógica” en los arreglos musicales no son buenos o malos per se sino que depende del individuo de la forma en que es estimulado. Según el estilo musical algunos nos veremos incitados a bailar, otros a cantar y algunos simplemente a escuchar.

En ese tenor cierto es que me gustan los ritmos y el bailar, el sentir de la “música en mi ser” por escribirlo de alguna manera; también tengo gustos variados como dice mi hermano, puedo escuchar a Fernando Delgadillo o Gloria Trevi tanto como a Megadeth, Pantera o Guns and Roses.

También tengo otros gustos musicales que no son comunes en nuestra cultura como son el Jazz, que me gusta mucho el sonido del saxofón; el country, la música oriental a base de cuerdas, los solos de violín, en particular de Vanessa Mae.

¿Cuáles son sus preferencias musicales?

Palabras de poder
Finalmente hay un tema aquí que se me hace de lo más interesante:
El lenguaje, las palabras, la comunicación.

Cierto es que estamos en una época en donde, a pesar de que las personas no leen mucho, están ligadas a las llamadas redes sociales y se dedican a escribir, leer comentarios.

Sin embargo también existe esta moda de los “You tubers” que hacen videos en donde deben 
expresarse con la palabra hablada.

Vienen a mi mente muchas ideas al mismo tiempo al respecto del lenguaje.

Existen estudios que hablan de como toda una cultura se desarrolla a través de su lenguaje, hace hincapié en una comunidad aborigen Australiana, Pormpuraaw, en donde en usan las referencia absoluta de los puntos cardinales de forma común “Pásame el libro que está al sur”, la gran ventaja que esto conlleva es que todos se orientan muy bien. (Y acomodan las cosas en dirección este a oeste)[1]

No pude encontrar en red acerca de una civilización en donde las piedras que usaban para las construcciones estaban talladas de tal manera que respondían a las vibraciones de sonido. Sí, el sonido son ondas, vibraciones. En el documental que tuve la oportunidad de ver, en las piedras se formaban figuras con la arena según la vibración que recibía.

Voy a comentar acerca del “poder de la oración”, cuando alguien lee lo anterior seguramente se imagina los rezos de la iglesia, si a eso hace referencia, sin embargo, ese poder, esa idea viene de mucho tiempo atrás con los monjes budistas y Zen quienes tiene sus propias palabras de poder: El famoso “ohm”. Éste principio está basado en lo que ya mencioné de la vibración.

Entiendo a todo aquel que no “crea” en esto de las religiones, yo mismo no creo en ellas pero desde el punto de vista de su política y organización, más aún como muchas cosas de nuestro mundo tienen bases sustentadas en “alguna práctica lógica” que de pronto se tergiversan para beneficio precisamente de ese ente político. Sin embargo, existe una gran investigación denominada “los secretos ocultos del agua” de Masaru Emoto.

Para quienes no estén familiarizados con esto les dejo unas breves frases y la liga correspondiente.
http://ecolisima.com/los-secretos-ocultos-del-agua/
Vale la pena que vean también las imágenes.

Los cristales que se forman en el agua, en el punto de congelación,  revelan cambios sobre la estructura molecular cuando dirigimos hacia ellos pensamientos o sentimientos muy específicos, es lo que nos revela el DR. Masaru Emoto (especialista japonés que ha dedicado años a investigar la estructura del agua) en su obra “Los mensajes ocultos del agua”.

Según este científico, el agua que proviene de manantiales no contaminados, muestra una formación hermosa de cristales, que aumenta aún más cuando se expone a música agradable. Nos muestra también diferencias fascinantes generadas en los cristales cuando el agua se le expresan palabras diferentes, como gracias o estúpido.

Y la siguiente frase me fascina:

De ser cierto todo esto, inmediatamente surge una pregunta, si los pensamientos pueden provocar esos cambios a una gota de agua, entonces, ¿qué pueden provocarnos a nosotros que estamos formados por más de un 70 % de este líquido? Vale la pena considerar enfocar nuestros pensamientos en positivo.

La sabiduría del silencio
En conclusión el sonido tiene un gran efecto en nuestro ser, nos puede dañar con estrés, alterarnos a niveles microscópicos que no percibimos sin embargo llevamos con nosotros todo el tiempo.

De igual forma creamos melodías inverosímiles, hay voces magníficas y sonidos naturales de paz.

Las palabras, ya sean en forma de oración, repetición (“ohm” “ohm”), insultos o de odio.
Tienen un poder más grande del que muchos le dan.

Yo pienso que si no tienes algo bueno que decir es mejor guardar silencio.

¿Ustedes que opinan?

¡Tengan un día maravilloso!

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