Cuarta

Cenando en un bar, embriagado con la sinfonía del piano, reconocí al intérprete de la melodía: un compañero de carrera.
El matado de buenas calificaciones, el cuate de todos quien contaba los chistes y conquistaba a las mujeres, que podía tocar toda la noche la guitarra o encestar la canasta del triunfo. Un éxito en la vida.
Lo saludé efusivamente y extrañado le pregunté ¿Qué haces aquí?
- Ser feliz
Su sonrisa y nueva tonada me convencieron.

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